Uno de mis más preciados deseos, almendrado Aleph, es que el patrón de medida temporal sea distinto al actual.
Poco a poco me he ido dando cuenta del foco de mi aislamiento, del tuyo, del de ellos, de que no nos sentimos en absoluto representados por los minutos, segundos, horas y patrones temporales establecidos:
<<¡Somos como la
la vainilla...!>>
Es lo que denomino yo'' el eterno despotismo de Cronos'' reinado del complejo-circunflejo y cejudo acordeón principal culpable de la literatura ruptura y atonalidad de nosotros los amantes.