Hoy mi deseo te ha visto pasar
por el puente aterciopelado de la poesía.
Aquella por la que ya no asoma mi pluma
por no mancillar lo que el tiempo presente no retiene,
y apenas sí alberga en la memoria ...
Hoy mi voz te palpa, anhela ¡ Ama !
Pasas.
Has pasado.
Buscar este blog
10/6/11
11/3/11
¿ Qué tienen en común un reloj y tu vaina de vainilla ?
Uno de mis más preciados deseos, almendrado Aleph, es que el patrón de medida temporal sea distinto al actual.
Poco a poco me he ido dando cuenta del foco de mi aislamiento, del tuyo, del de ellos, de que no nos sentimos en absoluto representados por los minutos, segundos, horas y patrones temporales establecidos:
<<¡Somos como la
la vainilla...!>>
Es lo que denomino yo'' el eterno despotismo de Cronos'' reinado del complejo-circunflejo y cejudo acordeón principal culpable de la literatura ruptura y atonalidad de nosotros los amantes.
Poco a poco me he ido dando cuenta del foco de mi aislamiento, del tuyo, del de ellos, de que no nos sentimos en absoluto representados por los minutos, segundos, horas y patrones temporales establecidos:
<<¡Somos como la
la vainilla...!>>
Es lo que denomino yo'' el eterno despotismo de Cronos'' reinado del complejo-circunflejo y cejudo acordeón principal culpable de la literatura ruptura y atonalidad de nosotros los amantes.
29/1/11
17/1/11
Appassionata- Liszt
¿ Qué ocurre cuando cualquier lugar del mundo se hace ''propicio'' para tu actividad favorita ?
1/1/11
En su cueva de Zaratustra se enfrentaban sus pies y sus lágrimas frías al son de Rachmaninov.
El vals ''de Pitol'', absurdamente dilatado en aquella relectura nocturna , la mefistofeleaba, descabezaba y desentrañaba aún más, como si el inmundo hubiese sido hecho para ellos.
Guillermo imaginado en el café Albéniz de Alhamar era lejanía , sus ojos pardos ennegrecidos, su tacto al piano oscurecido, Freddie en el techo enmudecido , sus hermosos dedos callados estremecidos
estremeciéndola tras el desamor...
En su cueva, en la aurora, se reencontraba al fin en el superhombre.
El vals ''de Pitol'', absurdamente dilatado en aquella relectura nocturna , la mefistofeleaba, descabezaba y desentrañaba aún más, como si el inmundo hubiese sido hecho para ellos.
Guillermo imaginado en el café Albéniz de Alhamar era lejanía , sus ojos pardos ennegrecidos, su tacto al piano oscurecido, Freddie en el techo enmudecido , sus hermosos dedos callados estremecidos
estremeciéndola tras el desamor...
En su cueva, en la aurora, se reencontraba al fin en el superhombre.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)