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23/4/13

Todos los veranos te vas,
y vuelve frágil el sol de junio,
con sus cantos de primavera tardíos;
ataviadas  vuelven las golondrinas del sur, con su sombrero estival,
cansadas de navegar el cielo,
esperándote, inmóviles, antes de marcharse.

Todas las primaveras vuelves,
con el pelo más corto y la tez morena
de algún otro sol menos compasivo con tu piel enjuta.
Quedan,  entonces,  anchos los caminos
 y silvestres las pisadas
del aire al pasar de noche,
con mi voz sostenida en un tiempo
en que nadie se iba todavía.