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16/9/13

Leyendo una cosa hace un momento, me he dado cuenta de que relaciono poetas y colores, cosa que sólo me ocurría con los días de la semana, los meses y algunos números.
Porque Machado es naranja, naranja fuerte, como si el sol no se fuera a poner nunca en el horizonte, y Juan Ramón...Juan Ramón es indiscutiblemente azul, muy azul, con manchas  blancas, como el mar. Unamuno, de quien estaba leyendo unos versos, me parece amarillo, pero amarillo viejo, como el papel antiguo. Cada vez que leo algo de él, sea poesía o prosa, se me llenan los ojos de amarillo. Es un sensación que invito a experimentar, relaja muchísimo.


LXXXVIII - Rima descriptiva

Es a la sombra del silencio santo
bajo el silencio de la sombra augusta,
lánguidamente va volando el canto
de una campana sobre la robusta

rocosa serranía a la que el llanto
reviste de las nubes; en la adusta
cima la tierra ciñe el negro manto
que cuando muere el sol al pecho ajusta.

En la sombra la lluvia se diluye
y en el silencio el son de la campana,
nocturno el río de las horas fluye

desde su manantial, que es el mañana
eterno, y en sus negras aguas huye
aquella mi ilusión harto temprana.


Miguel de Unamuno.

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